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Ciclo Formativo Superior de Animación Sociocultural
 
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 Tema 5 AOT (Técnicas lúdicas y festivas) [ 3 ]

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Kronos_ivan

Kronos_ivan


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MensajeTema: Tema 5 AOT (Técnicas lúdicas y festivas) [ 3 ]   Tema 5 AOT (Técnicas lúdicas y festivas) [ 3 ] Icon_minitimeMar Nov 18, 2008 12:45 pm

1.4. PEDAGOGÍA DEL JUEGO O PAUTAS DE DINAMIZACIÓN LÚDICA.
La pedagogía de Juego no es más que, en palabras de Víctor Ventosa (1998), las líneas más comunes que deben aplicar los educadores para realizar la dinamización lúdica. Jugar es muy fácil, pero organizar y dinamizar baterías o sesiones de juegos, grandes juegos, técnicas de animación festiva, etcétera, implica un mínimo grado de preparación previa.
Los elementos claves para organizar y dinamizar juegos son:
-La vivencia del juego: “Juego, luego existo”.
-La difícil elección.
-Secuenciación.
-Ambientación y materiales.
-Dinamización.
-Evaluación.

1.4.1. Juego, luego existo.
Si el animador/a no cree en el juego, no se divierte, no se “abandona al placer de lúdico” hay poco que hacer. Los primeros que debemos transmitir el entusiasmo y la satisfacción por que ha llegado el momento de jugar somos nosotros. No se trata de fingir actitudes, pero cada uno desde su personalidad, debe intentar redescubrir al niño que lleva dentro. De lo contrario, el juego no funciona.

1.4.2. La difícil elección.
En el apartado anterior vimos todos los tipos de juegos que podemos encontrar, ahora nos queda escoger cuales son más adecuados en cada momento. Los criterios que nos pueden ayudar a seleccionar los juegos son entre otros los siguientes (Bascones, 1991):
-Edad de los participantes.
-Fase y disposición grupal: grado de conocimiento mutuo, de confianza…
-El lugar y el tiempo de que disponemos: espacio exterior o interior…
-Los objetivos que queremos alcanzar.
-El contexto de la actividad.

Tengamos en cuenta que aquellos juegos que pueden ser divertidos e interesantes para niños muy pequeños, pueden no funcionar en absoluto con adolescentes. En general deberemos ser muy cuidadosos con la selección previa para que se ajuste a las circunstancias de cada intervención.

1.4.3. Secuenciación.
Una vez tenemos los juegos seleccionados, es fundamental combinarlos de forma adecuada. En este sentido podemos hacer varias sugerencias que nos facilitarán nuestra labor:

-El ritmo es fundamental en una batería de juegos. Si estos son demasiado cortos, se puede producir dispersión entre los participantes, si por el contrario incluimos juegos de diversa duración el jugador se implica más.

-La graduación. Comenzar con juegos más sencillos, que requieran un menor grado de confianza, o de esfuerzo, para, a medida que vamos calentando motores, plantear los más complejos, tanto por su nivel de implicación, como por el esfuerzo o la atención. Cuando comenzamos a jugar siempre hay un primer momento de transición en el que los miembros del grupo están mas “cortados”, pudiendo incluso, si son adultos sentirse “ridículos”, por eso es tan importante que los primeros juegos sean sencillos y requieran poco compromiso personal. Una vez nos vamos dejando llevar, es el momento de plantear juegos más comprometidos a cualquier nivel.

-El climax: es importante concluir los juegos poco después del climax, es decir, justo después del momento más álgido en diversión e implicación de los participantes. ¿Por qué?, por dos motivos, porque si alargamos demasiado el juego corremos el peligro de que se convierta en algo aburrido o cansado y porque además, podemos llegar a “quemarlos” para otras ocasiones. Es preferible que siempre se queden con ganas de volver a jugar a ese juego.
Y el climax también en relación a la propia batería, debemos intentar terminar la secuencia de juegos poco después del climax general.

-Dimensiones diversas: introducir juegos que impliquen dimensiones diferentes, para que todos los participantes encuentren su propio juego: de esfuerzo físico, de creatividad, de agilidad mental, etc.

-El guión de juegos: cuando estamos entregados a la vorágine lúdica es fácil que de repente nos quedemos en blanco y digamos “¡ahivá, cuál tocaba ahora!”. Para no vernos en esta tesitura cuando tenemos delante a cuarenta personas deseando jugar al siguiente es de mucha utilidad llevar una sencilla “chuleta” o guión con el orfden de los juegos que vamos a realizar, y algunos más de emergencia por si la situación lo requiere.

1.4.4. Ambientación y materiales.
Pocas cosas hay tan apasionantes como el momento previo al inicio de un gran juego. La atmósfera de ilusión y expectativas por lo que va a suceder contienen un torrente de energía que se desbordará durante el juego. Si a esta ilusión anticipada le añadimos un mínimo de ambientación, los resultados serán excepcionales.
También, sobre todo en el caso de adultos y adolescentes, podemos encontrarnos con el caso contrario, una predisposición absolutamente negativa con respecto a lo lúdico. En esta situación también la ambientación puede sernos de utilidad a la hora de motivar a los participantes.
Veamos algunas ideas que pueden ayudarnos:

-Emplear temas y formas imaginativas de presentar los juegos que entronquen con los intereses del grupo. Si trabajamos con adolescentes, por ejemplo, estaremos atentos a cuáles son sus gustos o preferencias incluyéndolos de alguna manera en nuestras dinámicas: el juego de las sillas de toda la vida puede ser totalmente rechazado si empleamos la música de “Los pajaritos” y convertirse en un rotundo éxito de participación si lo realizamos con el último “temazo” del artista revelación. Pero si trabajamos con personas mayores puede encantarles que rebusquemos entre los discos de Machín o la Concha Piquer.

-Para presentar el juego de la manera más apasionante posible nos pueden ayudar algunos elementos especiales que lo hagan diferente:
o Usar maquillaje o disfraces, bien para el animador/a, bien para todos los participantes,
o inventarse nombres especiales de los jugadores, del terreno, de las actividades
o idear contraseñas o frases hechas que permitan superar pruebas,
o señalizar el terreno,
o decorar la zona de juego,
o incluir elementos sorpresa durante el juego,etc.

No obstante, antes de jugar deberemos revisar todos los materiales necesarios para desarrollar el juego: pelotas, maquillajes, papeletas, pañoletas, cuerdas, aros, etc. Conocer o revisar el terreno, disponer las áreas de juego… Y si vamos a realizar una ambientación, debemos ser conscientes de que ésta exige una preparación previa más importante.

1.4.5. Dinamización.
Nos referimos al momento clave de todo el proceso, el juego se pone en marcha. A la hora de dinamizar la actividad lúdica es conveniente que nos detengamos en dos aspectos: El animador y la explicación (Bascones).

-El animador representa y proyecta un modo de jugar, comunica un talante determinado que influye en la atmósfera general del juego. Muchas veces jugará como un participante más, invitando con su comportamiento a la implicación en la actividad (asumiendo el disfraz, el maquillaje, comprometiéndose, siendo ejemplo de confianza...), disfrutando como los demás. En otras ocasiones, puede resultar que el animador juegue con ventaja cohibiendo la participación de los demás jugadores, desde su mayor experiencia o edad. O puede ser requerido como árbitro, observador o en otros papeles especiales. Variará según la ocasión. Al decidir cómo debemos intervenir, nos preguntamos ¿qué dará mejor resultado para los participantes?.
Además conviene recordar que según sea el juego se requerirán condiciones distintas de animación. Es posible que un animador lleve mejor un juego físico, otro un gran juego, otro un juego de confianza. De lo que no cabe duda es de que la labor de animación de juegos requiere capacidades para comunicar entusiasmo, para la observación atenta de lo que pasa, toma rápida de iniciativas, a veces firmeza hacia el respeto de las reglas del juego (es árbitro), o conductas que puedan arriesgar la seguridad de los chavales. Además, el animador mantendrá despierta la creatividad para adaptar el juego ante dificultades inesperadas.

o En cuanto a la explicación es necesario centrar la atención de los participantes y conseguir silencio, entonces hablamos con voz clara, vocalizadora, despacio. Es como contar un cuento. Las palabras, pocas: en cuanto a las posiciones en el juego y las reglas, mejor explicar con ejemplos y con la práctica (nos ponemos en las filas en las que vamos a jugar, o el animador representa un ejemplo del juego con unos voluntarios, etc.). Una cosa detrás de otra. Al final, dudas. Podemos hacer alguna pregunta para asegurarnos de que ha sido entendido.

o Cuando expliquemos en qué consiste el juego la disposición física del grupo será la que más favorezca la atención: semicírculo o herradura frente al animador ya que en un círculo siempre estamos dando la espalda a alguien.

o Si durante el juego, hay dudas, o hay que introducir modificaciones, paramos el juego para que todos se enteren.

o Puede ser interesante presentar los objetivos del juego: “En este juego vamos a trabajar al máximo la creatividad”, “vamos a aprender a orientarnos en el bosque”, “vamos a conocer a los demás”, etc.

1.4.6. Evaluación.

Además de todo lo dicho, el juego nos brinda una herramienta valiosísima: nos revela aspectos sobre la marcha de los grupos con los que trabajamos y claves sobre la personalidad de los jugadores. Dado lo cuál, tan importante como preparar y dinamizar los juegos de forma adecuada será observar y valorar qué sucede durante el desarrollo de lo lúdico para analizarlo después.

Para observar es necesario previamente liberarnos de prejuicios y mantener una actitud lo más abierta posible. Las cosas no son siempre lo que parecen: a menudo las personas que parecen más seguras de sí mismas en un primer momento son justamente lo contrario, algunos de los más tímidos son líderes potenciales, los más atrevidos lo que necesitan es un extra de atención… en definitiva, cada individuo es único y por eso no vale el refrán de “la primera impresión es la que cuenta”, más bien al contrario, cuenta la “impresión” de cada día, valorando cuáles son las conductas que la persona prodiga y planteándole retos cotidianos que le hagan evolucionar.

Pero, ¿qué elementos son los que debemos observar?.Podemos realizarnos nuestra propia guía de observación anotando aquellos aspectos que nos parezcan sobresalientes, de cualquier manera en general se recomienda detenerse en los siguientes elementos:
- Grado y formas de participación del personal.
- Atender a los roles, los papeles que han podido asumir los jugadores: Coordina, inicia, alienta, vela por las reglas, concilia, observa, agrede, obstruye, domina, se inhibe, distrae, acapara, alardea...
- Relaciones entre los miembros en el desarrollo del juego.
- Tono afectivo-emocional (enfado, simpatía-antipatía...).
- Fases de desarrollo de la acción, qué guión o guiones se despliegan.
-Mensajes o normas implícitas.
-Dificultades surgidas y forma de resolverlas.
Además resulta bastante interesante realizar un “feed-back” o retroalimentación en determinados juegos don todos los participantes: cómo se han sentido, dificultades, progresos, preferencias, vincular el juego a otros aspectos cotidianos, para favorecer la reflexión y el diálogo tomado como excusa el juego.

Por último, cada animador/a debería evaluar como han funcionado los juegos propuestos en base a todas las fases del proceso, esto es:
-La adecuación o no de la elección de los juegos.
-Secuenciación idónea.
-Ambientación y materiales: formas de preparación.
-Dinamización: participación, dificultades encontradas, etc.
-Posibles mejoras a aplicar en otras ocasiones.
-Etcétera.
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